Stefan Zsaitsits |
Tiendo la mano a la espera, la
puerta está sin llave. Prendo una vela
para hablar del vértigo como las gitanas en las noches celestes. La silla está
vacía, poco importa. Explico lo que es. Cómo se escribe.
Pienso: Se dice la espera cuando la
letra está al borde y la noche entra para no irse más. Te digo siempre, no más
subyugar transparencias.
Una vez hubo que hacer el amor para
crearlo. Ahora qué. Ahora quién.
Son incansables los fonemas de
pronunciar las despedidas. Es ineludible
escribir.
dónde las ofrendas/ donde las plegarias
las palabras descosen la costura
del amparo:
Aquí tatuaron sus huellas
los que
me habitan.
Te pones de cuclillas, despacito,
como las penumbras en mi ojo derecho. Se declaman las danzas más preciosas.
Ahora nadie.